Los líderes de Rotary International, organización fundamentada en el servicio y la amistad.

Volvamos a nuestras raíces

Por;  Álvaro Reyes Cruz, Exgobernador D4281, Club Rotario Nuevo Ibagué

 

La tierra, el planeta que habitamos, se encuentra en permanente movimiento, gira sobre si misma durante 24 horas y alrededor del sol durante un año. Los vientos, la naturaleza en general y la fuerza de gravedad, hacen que estos vaivenes sean fuertes o débiles. Los hombres que la habitamos, no nos excluimos de cualquier tipo de movimiento y con frecuencia los protagonizamos, en especial los fenómenos sociales con  más o menos convulsiones, dependiendo de muchos factores que todos conocemos.

Todas las organizaciones sociales se rigen con normas y preceptos previamente establecidos y el “hombre” decide libremente acogerse a ellas o no, y tiene un “relativo” libre albedrío para hacerlo.

Los líderes de Rotary International, organización fundamentada en el servicio y la amistad, comprenden que es necesario implementar algunos principios fundamentales, como valores mínimos a vivir por parte de sus integrantes y es así, como en los inicios del año 1943, acoge la “prueba cuádruple”, que había sido formulada por el rotario Herbert Taylor, en 1.932, para que todos quienes decidan acercarse a esta organización, entiendan que no solamente el servicio y el compañerismo son un indicativo de vida para ellos, sino que deben reconocer y practicar un mínimo de valores que se expresan en dicha prueba, para que sean reconocidos en sus comunidades, como rotarios.

Un verdadero reto: más que recitarla de memoria, es un llamado a practicar siempre  la Verdad, la Amistad en Plenitud, la Equidad y el Beneficio Colectivo, y no solamente como rotarios de un club sino en todos los actos de nuestra vida, bien sea en nuestro pensamiento, en la palabra y en la obra, como diría un buen Católico. 

Es un llamado a practicar un verdadero proceso de cambio en nuestras vidas, a ser fieles a este llamado y a perseverar en este empeño, con la seguridad de que seremos mejores rotarios, mejores ciudadanos y mejores seres humanos, es decir, limar aristas de nuestra piedra bruta, y en forma permanente, como dirían los Masones.

Entran a conjugarse, si me lo permiten, dos diferentes esquemas o modelos, la coherencia y la congruencia y en esta vivencia diaria es en donde debemos esforzarnos por vivir a plenitud estos valores universales como son la igualdad, la fraternidad y la verdad, que es lo que nos permite llegar a ser verdaderamente libres y a dar ejemplo de vida a quienes nos rodean. Debemos cargar el Inri, no como Jesús de Nazaret, crucificados, sino como exponentes del nuevo hombre que debemos representar. Quien acepta ser rotario, o mejor dicho, quien pide ser aceptado como rotario, no debe comprometerse solamente a ser un apóstol del servicio a los demás, sino a ser un signo de vida, para que todos los que lo rodean, vean en él, el verdadero y digno líder, a quien seguir. 

Nuestros actos y comportamientos, deben evidenciar ante los demás, que practicamos un estilo de vida que bien vale la pena seguir, que nuestro apostolado, no se debe limitar a ser fraterno y servicial con los demás, sino que además, nos debe llevar a ser siempre verdaderos signos de un compromiso que aceptamos libremente, de ser fieles a una causa que tiene entre sus postulados, la prueba cuádruple.

Podemos mostrarnos con vanidad fatua, que somos y pertenecemos a una organización internacional de servicio voluntario, pero esa simple meta no debe ser la nuestra. Lo que nos permite mover nuestros pensamientos y transformarlos en obras, es un comportamiento acorde con la práctica permanente de todos los valores que encontramos consignados en nuestra Prueba Cuádruple.

Este debe ser el hombre nuevo que quiso nuestro Fundador Paul Harris que encarnáramos: un hombre virtuoso, seguro, amoroso, generoso, es decir un verdadero hombre, que nuestra sociedad actual está ávida de encontrar. Ese es el verdadero líder rotario que necesitamos.

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