El trabajo por la erradicación de la Polio, “Campaña Polio Plus” en el vocabulario Rotario.

Primera campaña mundial de vacunación

Por; PDRI Jose Antonio Salazar

El trabajo por la erradicación de la Polio, “Campaña Polio Plus” en el vocabulario Rotario, con la cual hemos salvado de la muerte y beneficiado a centenas de millones de niños, empezó con el liderazgo del filipino, PPRI Mat Caparas, con una campaña piloto en su país y el apoyo definitivo del Doctor Carlos Canseco durante su presidencia en Rotary International, 1984-1985, quien comprometió al mundo de la salud en el propósito rotario, logrando la vinculación de la OMS, de CDC de los Estados Unidos, de la ONU, de la OEA y de la mayoría de los países y organizaciones del mundo democrático.

Ahora que estamos cerca de lograr la erradicación mundial de la poliomielitis, vale la pena recordar un poco de historia y tomar conciencia, con orgullo, de que lo logrado por Rotary, en cerca de 35 años de campaña, según quien haga las cuentas, es algo únicamente comparable a la erradicación total y definitiva de la viruela, la cual implicó casi 200 años de lucha.

La campaña mundial de vacunación contra la viruela, conocida como la Real Expedición Filantrópica de la Vacuna, 1803-1814, fue la primera expedición ultramarina, de carácter exclusivamente médico, emprendida durante el progresista gobierno de Carlos IV, Rey de España y de las Indias, quien había perdido a su hija, la Infanta María por la enfermedad y pretendía frenar la terrible mortandad causada en las colonias ultramarinas por esta causa. En la población indígena en América la morbilidad era superior a 50 de 100 afectados.

La incipiente vacuna antivariólica había sido desarrollada en 1796 por el inglés Edward Jenner, 1749-1823, conocido desde entonces como “padre de la inmunología”. Jenner, cuenta la historia, desarrolló la vacuna aprovechando las técnicas de la inoculación observada en Turquía por Lady Wortley Montagut, cuyo nombre, para orgullo de las feministas de nuevo cuño, figura hoy al lado de Jenner.

Antes de Jenner, John Fewster, había identificado que la infección causada por la inoculación de agente portador de la viruela bovina, cowpox, en el niño James Philips, hizo inmune al receptor. El merito de Jenner fue la aplicación del método científico a su investigación, la aplicación persona a persona y la difusión del procedimiento garantizando su seguridad sin tener que acudir a la variolación, contaminación voluntaria, que, si bien inmunizaba, exponía al paciente a sufrir las consecuencias de la grave enfermedad. Este método de la variolación fue suspendido en Europa 1840, luego de que la Royal Society de Londres, de la cual había sido miembro Jenner, había aprobado sus hallazgos. Por esa época, a nivel europeo, 20 de cada cien infectados moría.

La misión española, también recordada como la misión Balmis, en homenaje al Doctor Francisco Javier de Balmis y Berenguer, (Alicante 1753-Madrid 1819), tuvo siete años de duración en América, hasta 1810 cuando Salvany, subdirector en funciones, muere en Cochabamba el 21 de Julio, curiosamente un día después del cual la Nueva Granada resuelve su independencia de la España napoleónica en Santafé.

La campaña en América, Filipinas y Macao logró inocular a varios centenares de miles de personas y puso a la humanidad en la ruta de la erradicación definitiva de la viruela, objetivo que se logró en 1979, año en que la Organización Mundial de la Salud (OMS) así lo declaró. Huelga decir que la OMS ha sido la gran aliada de Rotary en la campaña Polio Plus y expertos en salud pública han reconocido y declarado que el éxito de la erradicación ha sido posible gracias al voluntario, decidido y generoso apoyo de los rotarios en el mundo.

El transporte de la vacuna, por la misión Balmis, considérese a principios el siglo XIX, implicó una logística muy complicada pues esta debía transportarse en recipientes vivos, los cuales no eran otros que niños, huérfanos expósitos todos, entre 5 y 8 años de edad, a quienes había que inocular el virus cada nueve días, de dos en dos, mientras el fluido estaba maduro. Estos conmovedores reservorios humanos, 22 en total, debían viajar a América. Para garantizar su bienestar se vinculó, el 14 de octubre de 1803, en condición de nodriza colectiva, a Isabel Zendal Gómez, rectora de un orfanato de la Coruña. Fue la única mujer en la expedición filantrópica.

La misión con su preciosa carga zarpó del puerto coruñés el 30 de noviembre de 1803, en la María Pita, rumbo a Veracruz, puerto principal de Nueva España. En el trayecto van de isla en isla enseñando el procedimiento de producción e inoculación de la vacuna a las autoridades sanitarias locales y creando Juntas de Vacunación. Al llegar a Puerto Rico encuentran que ya la vacuna, procedente de Inglaterra, había llegado de contrabando a las Américas. Igual sucederá en Cuba y en Veracruz.

Balmis decide viajar entonces a Venezuela en donde siguiendo un reglamento redactado por el personal científico de la expedición, proceden en campañas intensivas llegando a miles de personas, usando como reservorios a niños venezolanos.

Dos años después, desde Acapulco, a bordo del “Galeón de Manila” cruza la misión el Océano Pacífico rumbo a Filipinas, llevando la vacuna en el cuerpo de 26 niños mexicanos. Pasan luego a Macao, desde donde Balmis, enfermo, regresa a España.

En un intento de llegar a la Nueva Granada, la expedición ahora a cargo del médico militar José Salvany y Lleopart, naufraga en las Bocas de Ceniza, en Barranquilla, Colombia, en la desembocadura del Rio Grande de la Magdalena, Yuma en lengua nativa, perdiendo a bordo del Bergantín San Luis que los transportaba, gran parte del instrumental necesario para la vacunación. No se reportaron pérdidas humanas.

No obstante el percance, la misión continúa por el mismo Rio Magdalena hasta la capital del Nuevo Reino de Granada, Santafé, para continuar a Ibagué, Neiva, La Plata, Popayán, Pasto, Ipiales, Quito, Cuenca, Piura, Trujillo, Lima, Arequipa, Ayacucho, La Paz, Cuzco, Potosí y Chochabamba, esparciendo las bondades de su ayuda humanitaria.

En Cochabamba termina la misión con la muerte de Salvany, como se dejó escrito y los miembros se integran a la sociedad americana como dependientes sanitarios de las autoridades locales. Solo dos de los iniciales expedicionarios, el mencionado Balmis y uno apellidado Grajales, regresaron a España, este último 50 años después de zarpar de la Coruña y sobrevivir en América los horrores de las guerras de independencia. Loor y gratitud eterna a la memoria de estos próceres de la inmunización. Que su accionar nos sirva de ejemplo y de estimulo para no desistir en nuestro esfuerzo.

La extraordinaria lección práctica de la expedición Balmis, dos siglos ha, cobra hoy más vigencia que nunca. Es muy sencilla: si la erradicación de la viruela tomó 200 años, la erradicación de la polio, pese a los avances de la ciencia, puede tomar más tiempo de lo que a algunos nos gustaría imaginar. La complicadísima situación política de países como Afganistán y Paquistán, últimos reductos de la enfermedad,  junto con elementos técnicos como las mutaciones del virus y los desafíos de ciertos tipos de vacuna, son la causa del retraso en la culminación del sueño.Algunos predecíamos ilusionados la erradicación para el 2005, año de nuestro centenario. Con sincera frustración, pero con gran esperanza, hemos tenido que continuar las campañas de recaudación de fondos, ya sin hablar de fechas concretas, pero con la fe de que “la victoria, llegará de un momento a otro”.

Nuestro compromiso es continuar la lucha, cueste lo que cueste y tarde lo que tarde, porque nuestro noble objetivo lo amerita.

Villa de Leyva, Boyacá Colombia, Enero 10 del 2019

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