PLANTANDO ESPERANZA

Por; Ricardo Perilla  -  Club Global Zipaquirá, Distrito 4281  

 

“Si supiera que el mundo se acaba mañana, yo hoy todavía plantaría un árbol”. 


Martin Luther King nos deja un legado de pensamiento para quienes, desde el espíritu Rotario, buscamos servir a los demás. Y qué mejor manera de hacerlo que cuidando el medio ambiente.


Plantar árboles no debe ser una moda; debe cumplir con un objetivo concreto. Es por esta razón que el Club Rotario Global Zipaquirá, en unión con la Fundación Bosques Verdes, promueve acciones para compensar la huella de carbono que producimos, tanto individual como colectivamente. El calentamiento global es una realidad, no es un cuento chino. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible propuestos por el Global Compact de las Naciones Unidas deben ser un himno a la vida, y debemos buscar su cumplimiento como una prioridad.


El continente americano es rico en biodiversidad y debemos conservarla como un patrimonio, no solo para el futuro, sino para el presente de una generación que, sin nuestro compromiso, no tendría futuro.


Trece hectáreas de protección de la cuenca alta del río Bogotá, considerado por muchos técnicos como uno de los ríos más contaminados del mundo, son el gran objetivo de conservación. Junto con los clubes Rotarios y Rotaract del distrito 4281, hemos logrado plantar más de veinticinco mil árboles en el Bosque Rotario, con un gran reto: su crecimiento y cuidado durante los próximos tres años, tiempo que nos dirá si estos árboles tendrán el desempeño que esperamos.


Hemos sido cuidadosos en la selección de especies nativas apropiadas para las condiciones del suelo, temperatura, viento y clima, ya sea en tiempos secos o de lluvia, procurando que este gran esfuerzo sea un ejemplo de conservación de los bosques, vertientes de agua y trabajo Rotario.


El vivero tiene una importancia enorme, ya que es allí donde nos aseguramos de que el material vegetal esté libre de plagas o enfermedades, evitando que estos árboles se vean impactados por condiciones desfavorables.


Las zonas de siembra han sido debidamente preparadas para recibir los árboles en condiciones similares a las que tuvieron durante su etapa de crecimiento en el vivero. El transporte hasta el lugar donde serán plantados cumple con requisitos estrictos de cuidado para no afectar los tallos y hojas.


Las siembras se realizan con el acompañamiento de guardabosques preparados para brindar instrucciones claras y amigables sobre el cuidado de estos guerreros ambientales. Mantenemos un control diario de los sectores de siembra y realizamos mediciones que nos permiten identificar y mitigar los posibles peligros.


Plantar árboles es una pasión, es un deber, y nos lleva a una dimensión personal diferente. Por eso, “Si supiera que el mundo se acaba mañana, yo hoy todavía plantaría un árbol”.

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