Por; Gonzalo Duque-Escobar
Tomado del periódico La Patria
Legalmente constituida desde el día 5 de octubre de 1995, hasta este momento de pandemia, la «Fundación Pequeño Corazón» ha construido y logrado consolidar una labor humanitaria de atención integral a niños de escasos recursos del país, con enfermedades congénitas del corazón.
Un hecho notable que se constituye no sólo en positivo motivo de orgullo para Manizales y Caldas, sino también de agradecimiento con instituciones como el Rotary International, el Comité de Cafeteros de Caldas, la Gobernación de Caldas y la Alcaldía de Manizales. Todo esto, gracias al apoyo inicial de la Clínica Shaio de Bogotá y la Fundación Alejandrito de Bogotá, de Gift of Life New York, y de Corazón a Corazón de New York, paliando limitaciones de la fundación para operar.
Con el apoyo de instituciones como Confa de Caldas, Club Rotario de Manizales, además de diferentes donantes tanto a título individual como familiar o empresarial, como fué el caso de CJ Martins, AM Coppiano, Agustin Salvar, Sociedad Colombiana Pediatría, Progel, Descafecol, Fundación Luker, Aladino, Patrulla Aérea de Caldas, Meintegral y Universidades de la ciudad, al igual que el soporte del periódico La Patria y medios de comunicación. También se agradece a la pediatra Mónica Giraldo Mejía, heredera de las enseñanzas impartidas por su familia, que como Rotaria asumió, la labor apoyada por esta querida organización instituida en 1905, quien ha sido la gran artífice de esta magna obra, de la cual se han beneficiado 1191 niños, a quienes se les gestionó la cirugía de corazón para salvar sus vidas y 8200 niños con la ecografía de corazón gratuita. Todos ellos provenientes de varias partes de Colombia.
No es de extrañar que sean los rotarios, cuyos miembros comparten la pasión por el servicio a la comunidad, quienes sean el primer soporte de esta labor: la organización, implementando una campaña contra la polio, contribuyó a erradicar dicho virus en 122 de 125 países. Si en el caso de Pequeño Corazón, los convenios con la Fundación Cardioinfantil de Bogotá (2001),
con Unidos por Colombia de Los Ángeles (2002), con Childspring International (2006) y con la Clínica Shaio de Bogotá (1996), han sido fundamentales como también lo son las donaciones de la camioneta por el Ayuntamiento de Pamplona-España, del Centro de Atención Cardiológica por la Embajada de Japón, de equipos médicos por Coamed, y del Ecocardiógrafo Portátil por Clubes Rotarios de Alpharetta USA y Manizales.
Pero la atención siempre ha sido integral: además de propiciar un ambiente de educación y acompañamiento psicosocial e integración en los espacios formativos para niños y jóvenes beneficiarios y sus familias con el fin de fortalecer su proyecto de vida, se dan elementos a la comunidad a través de procesos pedagógicos involucrando líderes para la detección oportuna de niños enfermos del corazón y la promoción en vida saludable; adicionalmente, desde 2018 reciben en donación una unidad móvil que permite acercarse a grupos vulnerables rurales y urbanos del Eje cafetero, brindando atención gratuita, diagnóstico especializado y la gestión de cirugía requerida, además del apoyo logístico en transporte, hospedaje, alimentación y seguimiento postquirúrgico.
Súmese a lo anterior, la ayuda profesional recibida en tiempo en consulta, en especialidades como cardiología y soporte logístico, material o económico, gracias a donantes locales y caldenses en Estados Unidos. También destacamos el compromiso de un equipo de 13 personas que laboran en Pequeño Corazón, institución que para robustecer su misión y su mejoramiento continuo ha implementado un Centro de Especialistas del Corazón como programa de autosostenibilidad, ofreciendo servicios remunerados de cardiología no invasiva de calidad a pacientes particulares y usuarios del régimen contributivo, subsidiado y aseguradoras y además se fortaleció como organización optimizando su gestión a partir del desarrollo del talento humano.