Por: Andrea Lamas, Presidente Entrante del Club Rotario Barranquilla Norte
Se estima que 1 de cada 100 niños nace con problemas cardíacos. Tristemente, la mitad de estos casos afecta a familias de escasos recursos, residentes en regiones del país donde la atención médica especializada es limitada o inexistente. Esto significa que muchos pequeños luchan contra enfermedades del corazón sin acceso a los cuidados médicos que podrían salvarles la vida.
Es por esto que, en la ciudad de Barranquilla, un grupo comprometido de rotarios se unió en una misión noble y vital “SALVAR CORAZONES”. Los días 5 y 6 de abril el E.S.E. Universitaria del Atlántico se convirtió en el epicentro de una hermosa brigada organizada por el Club Rotario Barranquilla Norte junto a la Fundación Salve un Corazoncito y la Fundación Cardio Infantil de Bogotá; donde se reunió un equipo multidisciplinario de enfermería, pediatría y cardiología pediátrica con la intención de evaluar la salud cardiovascular de cientos de niños.
Durante esos dos días, pudimos atender a un total de 280 niños, proporcionándoles una atención integral que incluyó la realización de 185 ecocardiogramas y 105 electrocardiogramas. Identificamos a 140 niños con patologías cardíacas que requerirán un seguimiento continuo por parte de nuestro equipo médico, mientras que 106 niños fueron dados de alta con un diagnóstico tranquilizador. Para las familias de estos niños, esta brigada no solo significa obtener respuestas médicas, sino también renovar la esperanza en un futuro más saludable para sus seres queridos.
En la jornada se identificaron 34 casos que necesitan de intervención quirúrgica, este número representa alrededor del 12% de los niños evaluados lo cual es una cifra alarmante al compararla con el resto del país donde estos casos suelen ser menores al 3%. Para estos niños y sus familias, el camino hacia la curación es arduo y lleno de obstáculos. Por lo cual es fundamental continuar recaudando fondos y recursos. Cada donación nos acerca un paso más a salvar la vida de un niño, cada gesto de generosidad es un acto de amor que transforma vidas.
En el corazón de esta jornada, late el espíritu rotario: el compromiso de servir, de inspirar y de hacer del mundo un lugar mejor para todos. Unidos en un propósito común, podemos marcar la diferencia en la vida de estos niños y en el futuro de nuestra sociedad.
Juntos, tenemos el poder se salvar corazones.