“QUE NUNCA SE ME ACABE ESTA ALEGRÍA Y QUE MI RISA HAGA FELIZ A LOS DEMÁS”

Por:  Maria Victoria Jimenez – CR Medellin

 

Con solo leer el título, uno pensaría que quien lo dice tiene que ser una persona feliz y así es. Confieso que desde que la llamé a saludar para entrevistarla, al saber que era yo, soltó la carcajada y me dijo que alegría que me llamaste. Y no tuve que hacerle sino dos preguntas porque de ahí en adelante habló 48 minutos seguidos.


Así es ella, Gloria Elena Uribe Solarzano. Pero estoy segura de que ese nombre no les dice nada, pero si les digo que es LA JULIA, viene la sonrisa, porque eso es lo que ella despierta: alegría.


Y no es una alegría fingida porque todo lo que le ha pasado en la vida ella lo cuenta muerta de risa, lo bueno y lo malo. Soltera por decisión, a pesar de haber tenido novios y “tinieblos”, pero con quien se iba a casar, se la hizo y decidió vivir feliz y dedicarle su vida a los demás y como caridad empieza por casa, cuidó de su mamá hasta que murió.


A la Julia, nada la aburre, dice, nunca le da pereza, mientras no le digan que tienen que hacer ejercicio. No obstante conocer la importancia de tener una vida sana, de que el ejercicio le ayudaría a su salud, ahora aporreada, ella asegura que no hará ejercicio y lo máximo que se mueve es del escritorio a la cama, que según asegura, la cama le coquetea y ella le hace caso.


De su vida personal, nada oculta, pues es transparente como ella. Ama su familia, ama regalar, adora a sus sobrinos y a los hijos de éstos, es regalona y durante todo el año va comprando regalos de hombre, mujer, niños, para regalar en Navidad la época que mas le gusta. Ella da y da, pero le da pena recibir y no le gusta que le regalen.


Le encanta la amistad y hace amigos con facilidad, a nadie odia, pero no le gusta la gente tacaña, es desprevenida y confiada y considera que toda la gente es querida, desde pequeña se dedicó al servicio, fue scout en su colegio, la fiesta de la primera comunión la celebró con los niños de escasos recursos de su parroquia, era del coro del colegio, y toda la vida le ha gustado ayudar a los demás.


A los 12 años, entró a Interact, luego fue Rotaract y fue de las primeras mujeres en ser Rotarias en 1989. A sus años, que no oculta, espera seguir haciendo trabajo comprometido con los rotarios. Ha pasado por todos los cargos en su club y a ha servicio a muchos gobernadores en sus tareas distritales.


Ama a todos los señores a quienes les dice “lindos”, les echa piropos y los abraza como a sus mejores amigos y aunque a veces eso despierta cierto celo entre las damas, cuando la conocen, disfrutan de su amistad y compañía. A las mujeres les dice “Julia” y a ella se le conoce como “la julia” y aunque le propusieron ser monja, ella escogió ser “sor yeye o sor presa”, pues es fiestera y rumbera. Desde joven mantenía dos maletas listas, la de invierno y la verano, porque no perdonaba invitación a salir a donde fuera. Siempre dice la verdad y disfruta su actual trabajo con la juventud rotaria en el tema de prevención y acoso.


Será rotaria hasta el fin de sus días y amiga de todos por siempre.


Su alegría no decae a pesar de que en estos días se someterá a una cirugía delicada en Medellín, pero según ella, “aunque me van a abrir el disco duro, saldré adelante, porque lo que mas tengo es fe y devoción por el Sagrado Corazón”, Él la aliviara, dice. La julia es para los rotarios un símbolo, Nadie que se precie de serlo negará que es encantadora, servicial, ayudadora, comprometida, feliz y con su sonrisa es una ganadora, un gran ser humano.

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