Por; GD Blanca Cifuentes Moreno D4271
Cuando asumí el reto de ser Gobernadora del Distrito 4271, sabía que el camino estaría lleno de desafíos. Sin embargo, inicié este viaje cargada de sueños e ilusiones, con la certeza de que nuestra familia rotaria posee una fortaleza inquebrantable. Comencé mi año con la profunda convicción de llevar un mensaje claro: pertenencia, compromiso, empatía y amor por nuestra causa, que no es otra que servir con el corazón.
Además, tenía el firme propósito de fortalecer los vínculos de amistad que han sido la base sobre la cual se fundó nuestra organización hace ya 119 años, bajo los valores del compañerismo, la integridad, la diversidad, el servicio y el liderazgo.
En estos tres meses, he tenido el honor de conocer de cerca a 21 de los clubes que conforman nuestra familia rotaria. En cada uno de ellos, me he encontrado con personas increíbles, comprometidas con el servicio, y he sido recibida con un calor humano y un cariño que me han llenado el corazón. He sido testigo de proyectos de servicio maravillosos, desarrollados con dedicación y un profundo compromiso hacia las comunidades más vulnerables de nuestras regiones. Cada club que he visitado ha dejado una huella en mí, una enseñanza invaluable sobre el poder del servicio cuando se realiza con amor y entrega.
Cuando comencé este viaje, estaba convencida de que mi misión era compartir con ustedes la pasión que siento por Rotary, y lo he hecho. Pero lo que no anticipé fue lo mucho que yo misma aprendería en el proceso. Estos tres meses han sido, sin lugar a dudas, una experiencia de aprendizaje constante. He sido testigo de la resiliencia, la creatividad y el esfuerzo que cada uno de ustedes pone en sus proyectos. He visto cómo, a través de sus acciones, transforman vidas. Y más allá de eso, he sentido el impacto de Rotary no solo en las comunidades, sino en nuestras propias vidas.
Hoy puedo decir con certeza que soy yo quien ha recibido más de lo que he dado. Me he fortalecido con su cariño, con el inmenso compromiso que tienen con nuestra causa, y con la certeza de que juntos estamos generando un cambio perdurable en el mundo. Pero lo más importante es que también estamos transformando nuestras propias vidas, llenándolas de propósito, amistad y amor.
Gracias, querida familia rotaria, por hacer de estos tres meses una experiencia inolvidable. Estoy más motivada que nunca para seguir adelante, convencida de que lo mejor está por venir. Sigamos fortaleciendo nuestros clubes, trabajando con dedicación, y sobre todo, manteniendo esa unión que nos hace grandes.
¡Vamos por más, porque el futuro de Rotary es brillante, y juntos lo haremos realidad!